Con el pretexto de la “Lucha contra el terrorismo” (afianzándose día a día, como el reciente de Boston), los expertos militares norteamericanos han desarrollado un peculiar artilugio disfrazado de “mosquito”.
Tras su inocente apariencia, se esconde un biomecanismo dotado para el espionaje internacional, capaz no solo de penetrar prácticamente en todos los recodos del enemigo, y ser utilizado para tomar instantaneas o grabar conversaciones a distancia, sino que también es capaz de extraer sangre, como la picadura de un mosquito y así analizar e identificar el ADN del sujeto.
Como guinda final, si el mosquito cibernético llega a picar a un ser humano, puede inyectarle un chip, el RFID, con el que muy probablemente pueda ser utilizado para monitorizar a las masas.
Según los expertos, se trata de una tecnología que por vía nerviosa, es capaz de interferir en el pensamiento, manipular la voluntad o llegar a suspender incluso los ciclos vitales del cuerpo humano…
Si este mosquito-robot, despega, muy pronto dejaremos de preocuparnos por el chip obligatorio.
El terreno ya estará allanado antes de darnos cuenta…
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