Los científicos llevan décadas desconcertados ante un extraño fenómeno
energético que parece manifestarse desde el centro de la galaxia de
Alcyone, aproximadamente a unos 28º de Sagitario.
Se trata de grandes chorros de partículas de alta densidad que se extienden a más de la mitad del cielo y se mueven a velocidades supersónicas, han sido detectados por el radiotelescopio Parkes. Las observaciones recientes del fenómeno, descritas en el último número de la revista Nature, han sido realizadas por un equipo de astrónomos de Australia, EE.UU., Italia y los Países Bajos.
«La cantidad de energía de estos chorros es increíble, alrededor de un millón de veces superior a la explosión de una supernova», afirma Lister Staveley-Smith, profesor de la Universidad de Western Australia y coautor del estudio.
De arriba a abajo, las salidas se extienden 50.000 años luz fuera del plano galáctico. Eso es igual a la mitad del diámetro de nuestra galaxia, que en total mide 100.000 años luz, un trillón de kilómetros. «Nuestro Sistema Solar se encuentra a unos 30.000 años luz del centro de la galaxia, pero estamos perfectamente seguros porque los chorros se mueven en una dirección diferente a la nuestra», explica Staveley-Smith.
Se trata de grandes chorros de partículas de alta densidad que se extienden a más de la mitad del cielo y se mueven a velocidades supersónicas, han sido detectados por el radiotelescopio Parkes. Las observaciones recientes del fenómeno, descritas en el último número de la revista Nature, han sido realizadas por un equipo de astrónomos de Australia, EE.UU., Italia y los Países Bajos.
«La cantidad de energía de estos chorros es increíble, alrededor de un millón de veces superior a la explosión de una supernova», afirma Lister Staveley-Smith, profesor de la Universidad de Western Australia y coautor del estudio.
De arriba a abajo, las salidas se extienden 50.000 años luz fuera del plano galáctico. Eso es igual a la mitad del diámetro de nuestra galaxia, que en total mide 100.000 años luz, un trillón de kilómetros. «Nuestro Sistema Solar se encuentra a unos 30.000 años luz del centro de la galaxia, pero estamos perfectamente seguros porque los chorros se mueven en una dirección diferente a la nuestra», explica Staveley-Smith.
Visto desde la Tierra, pero invisible para el ojo humano, los chorros se
extienden alrededor de dos terceras partes a través del cielo de
horizonte a horizonte. Coinciden con regiones previamente identificadas
de emisión de rayos gamma detectadas por el telescopio espacial Fermi
(entonces llamadas «burbujas de Fermi») y la «nube» de emisión de
microondas descubierta por la Sonda de Anisotropía de Microondas
Wilkinson (WMAP) y el telescopio espacial Planck. Estas observaciones,
sumadas a las del Parkes, permite a los científicos comprender cómo se
alimentan estos enormes «géiseres» galácticos.
Astrónomos han anunciado el hallazgo de dos inmensas burbujas emisoras de rayos gamma que se inflan desde el centro de la galaxia conocida como la Vía Láctea.
Las estructuras anteriormente ocultas, que fueron detectadas por el telescopio espacial de rayos gamma Fermi de la NASA, abarcan 25.000 años luz al norte y al sur del núcleo galáctico.
«Creemos que sabemos mucho sobre nuestra propia galaxia», comentó el astrofísico David Spergel, de la Universidad de Princeton, en una rueda de prensa el martes, aunque no participó en el hallazgo. «Pero lo que vemos es que estas enormes estructuras sugieren la presencia de un inmenso evento energético en el mismísimo centro de nuestra galaxia».
Astrónomos han anunciado el hallazgo de dos inmensas burbujas emisoras de rayos gamma que se inflan desde el centro de la galaxia conocida como la Vía Láctea.
Las estructuras anteriormente ocultas, que fueron detectadas por el telescopio espacial de rayos gamma Fermi de la NASA, abarcan 25.000 años luz al norte y al sur del núcleo galáctico.
«Creemos que sabemos mucho sobre nuestra propia galaxia», comentó el astrofísico David Spergel, de la Universidad de Princeton, en una rueda de prensa el martes, aunque no participó en el hallazgo. «Pero lo que vemos es que estas enormes estructuras sugieren la presencia de un inmenso evento energético en el mismísimo centro de nuestra galaxia».
«Por el momento se desconoce el origen de toda esa energía», añade el
coautor del estudio Doug Finkbeiner, profesor auxiliar de astronomía
del centro de astrofísica de Harvard-Smithsonian en Cambridge,
Massachusetts.
Los rayos gamma son las formas más energéticas de luz que tienden a formarse en el espacio tras eventos violentos como las supernovas u objetos extremos como los agujeros negros o las estrellas de neutrones.
Las burbujas recién descubiertas están formadas de gas caliente y supercargado que libera la misma cantidad de energía que cien mil estrellas explosionando al unísono.
«Habría que preguntarse: ¿de dónde procede tanta energía en la Vía Láctea?», añade Finkbeiner.
¿Indican las burbujas de rayos gamma la alimentación de la Vía Láctea?
Una posible respuesta es que las burbujas de rayos gamma sean los vestigios de una antigua explosión estelar ocurrida en el centro de la galaxia. Si se formó una inmensa agrupación de grandes estrellas hace millones de años, los astros gigantes podrían estar muriendo al unísono, sentando así los prolegómenos de una supernova.
En ese caso, las burbujas podrían representar «la energía acumulada durante millones de años», añade Finkbeiner.
Los cambios a nivel meteorológico y los diversos trastornos geomagnéticos, asi como terremotos y grandes tormentas que llevamos sufriendo en los últimos años, podrían ser una causa directa del efecto de la entrada de estas partículas ionizantes, y no como se ha venido diciendo, del llamado “efecto invernadero” o “cambio climático” asociado al calentamiento global. Una idea promovida por políticos como Al Gore y otros altos estamentos, interesados en modificar leyes para beneficio propio. Bajo la insignia de un revolución “ecológica”, estos han pretendido hacernos creer que el hombre ha sido el culpable de tales perturbaciones, debido a la contaminación y otros factores, sin embargo, ¿como explicar que todo el sistema solar está también, al igual que la tierra, experimentando los mismos o parecidos trastornos en cada uno de sus planetas?
Los rayos gamma son las formas más energéticas de luz que tienden a formarse en el espacio tras eventos violentos como las supernovas u objetos extremos como los agujeros negros o las estrellas de neutrones.
Las burbujas recién descubiertas están formadas de gas caliente y supercargado que libera la misma cantidad de energía que cien mil estrellas explosionando al unísono.
«Habría que preguntarse: ¿de dónde procede tanta energía en la Vía Láctea?», añade Finkbeiner.
¿Indican las burbujas de rayos gamma la alimentación de la Vía Láctea?
Una posible respuesta es que las burbujas de rayos gamma sean los vestigios de una antigua explosión estelar ocurrida en el centro de la galaxia. Si se formó una inmensa agrupación de grandes estrellas hace millones de años, los astros gigantes podrían estar muriendo al unísono, sentando así los prolegómenos de una supernova.
En ese caso, las burbujas podrían representar «la energía acumulada durante millones de años», añade Finkbeiner.
Los cambios a nivel meteorológico y los diversos trastornos geomagnéticos, asi como terremotos y grandes tormentas que llevamos sufriendo en los últimos años, podrían ser una causa directa del efecto de la entrada de estas partículas ionizantes, y no como se ha venido diciendo, del llamado “efecto invernadero” o “cambio climático” asociado al calentamiento global. Una idea promovida por políticos como Al Gore y otros altos estamentos, interesados en modificar leyes para beneficio propio. Bajo la insignia de un revolución “ecológica”, estos han pretendido hacernos creer que el hombre ha sido el culpable de tales perturbaciones, debido a la contaminación y otros factores, sin embargo, ¿como explicar que todo el sistema solar está también, al igual que la tierra, experimentando los mismos o parecidos trastornos en cada uno de sus planetas?
El nuestro próximo POST, trataremos este asunto con mayor
profundidad. Veamos ahora una conferencia de Alfred Webre, sobre los
extraños comportamientos del Sol en relación con el centro galáctico, y
los efectos que de todo ello podrían derivarse en nuestro planeta;
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